Aunque la adopción de prácticas de DevOps automatiza y optimiza los procesos con tecnología, todo comienza con la cultura interna de la organización y con las personas que participan en ella. El desafío de cultivar una cultura de DevOps requiere cambios profundos en la forma en la que las personas trabajan y colaboran. Pero cuando las organizaciones se comprometen a implementar una cultura de DevOps, pueden crear un entorno que facilite el desarrollo de equipos de alto rendimiento.
Colaboración, visibilidad y alineamiento
Una buena cultura de DevOps se distingue, entre otras cosas, por la colaboración entre los equipos, que comienza con la visibilidad. Diferentes equipos, como el de desarrollo o el de operaciones de TI, deben compartir entre sí sus procesos de DevOps, sus prioridades y sus preocupaciones. Estos equipos también deben planear juntos el trabajo y alinear sus objetivos y los indicadores del éxito en relación con el negocio.
Cambios en el ámbito y en la responsabilidad
A medida que los equipos se alinean, asumen y participan en más fases del ciclo de vida, no solo las que son principales para su rol. Por ejemplo, los desarrolladores asumen responsabilidad no solo por la innovación y la calidad establecidas en la fase de desarrollo, sino también por el rendimiento y la estabilidad que sus cambios producen en la fase de uso. Al mismo tiempo, los operadores de TI se aseguran de incluir la gobernanza, la seguridad y el cumplimiento normativo en las fases de planeamiento y desarrollo.
Ciclos de lanzamiento de versiones más cortos
Los equipos de DevOps mantienen la agilidad porque lanzan versiones de software en ciclos cortos. Los ciclos de lanzamiento de versiones más cortos facilitan el planeamiento y la administración de los riesgos, porque el progreso es incremental, lo que reduce el impacto en la estabilidad del sistema. El acortamiento de los ciclos de lanzamiento de versiones permite también a las organizaciones adaptarse y reaccionar a las necesidades cambiantes de los clientes y a la presión competitiva.
Aprendizaje continuo
Los equipos de DevOps de alto rendimiento establecen una mentalidad de crecimiento. Aceptan el fracaso y responden rápido a los errores, e incorporan lo que aprenden a los procesos, de modo que mejoran continuamente, aumentan la satisfacción del cliente y agilizan la innovación y la capacidad de adaptación al mercado de forma constante. DevOps es un recorrido, por lo que siempre hay espacio para crecer.
Por: Microsoft.